Reseñas
¡Abajo los muros!: Un libro que derriba fronteras

¡Abajo los muros!, de Éric Battut, es uno de esos álbumes ilustrados que, con una sencillez aparente, nos invitan a reflexionar sobre las divisiones, los conflictos y la fuerza transformadora de la infancia.
Publicado por la editorial Blume, este libro de 32 páginas y gran formato (23,7 x 0,9 x 33,9 cm) destaca tanto por su mensaje como por su cuidada estética. La historia nos sitúa en un reino que, tras la muerte del rey, queda dividido por la decisión de sus dos hijos. Cada uno construye su propio muro y organiza su parte del mundo con reglas estrictas: el azul de un lado, el rojo del otro. Pero mientras los adultos imponen su separación, los niños encuentran la manera de jugar juntos, de reír, de inventar puentes donde los mayores solo ven límites.
Las ilustraciones de Éric Battut juegan un papel fundamental en la narración. Con su estilo característico de trazos sencillos y colores planos, el autor consigue transmitir de forma clara y potente la idea de la separación y el aislamiento. La paleta cromática se reduce casi por completo a rojos y azules, acentuando visualmente la barrera que divide a los personajes. A medida que la historia avanza y los niños encuentran soluciones creativas para reencontrarse, los colores se entremezclan, sugiriendo gráficamente la unión y el fin de los muros. Es un trabajo visual minimalista pero muy expresivo, donde cada línea y cada tono tienen un propósito narrativo.
Lo mejor de este libro es que Battut no necesita discursos moralistas. Su historia fluye con naturalidad y nos deja claro que la imaginación y la amistad tienen más peso que el miedo y la desconfianza. Y ese final, donde la infancia demuestra que la creatividad puede más que cualquier frontera, es simplemente conmovedor.
La mejor noticia es que lo tenemos en la librería por solo 4,95 euros, un precio realmente excepcional si consideramos que su valor original rondaba los 15. Un libro precioso y accesible, perfecto para hablar con los niños sobre la convivencia y la empatía, pero también para recordarnos, como adultos, que a veces las soluciones están en mirar con otros ojos.