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Una mirada desde dentro

Lotta vive con sus padres y sus dos hermanos mayores. Todos la tratan como a la pequeña de la casa, porque tiene sólo cuatro años. Pero, a pesar de su corta edad, hay en Lotta una grandeza que desborda cualquier etiqueta. Su forma de estar en el mundo está llena de lógica, intuición y sensibilidad. En este libro, quien nos la presenta es su hermana, Mia-María, que narra acontecimientos de la vida cotidiana familiar: la relación con las personas de su entorno cercano, una visita al dentista,  un viaje en tren para visitar a sus abuelos, sus juegos en la casa de muñecas… Lo narra tal cual lo percibe: con espontaneidad, ternura e inocencia. A través de sus palabras, conocemos a Lotta tal como es: imprevisible, decidida, con una libertad que contagia. Lindgren confía en esa voz para mostrarnos a su protagonista desde dentro, con afecto y con una admiración que se filtra en cada historieta que nos cuenta.

Vínculos y conflictos familiares

La relación con sus hermanos está cargada de ese equilibrio tan propio de la infancia entre la rivalidad cotidiana y el cariño indiscutible. A veces la mandan, la ignoran o intentan manipularla sutilmente. Pero Lotta nunca se apaga: responde, se defiende, encuentra la manera de hacerse escuchar. Y aunque ellos no siempre logran comprenderla, Lotta siempre está ahí, con una presencia firme que no necesita imponerse. Lindgren retrata estos vínculos con una sinceridad tan genuina que por momentos desconcierta. Con honestidad, deja espacio al humor, la ternura y los conflictos propios de crecer junto a otros, sin necesidad de exagerar ni presentar una realidad más cómoda o estéticamente aceptable. Es cierto que, en esta historia, no se nos presenta una familia perfecta, pero sí un entorno especialmente favorable: con una base emocional sólida, vínculos seguros y sin carencias materiales. Una niña como Lotta, con tanta libertad y seguridad, difícilmente podría desplegarse del mismo modo en otro contexto.

Astrid Lindgren: una mirada que permite ser

El relato encuentra su fuerza en la atención al detalle, en la mirada precisa sobre lo cotidiano. La capacidad de Astrid Lindgren para captar con sensibilidad la lógica infantil permite que niñas y niños se reconozcan de inmediato. Deja al descubierto las contradicciones adultas sin necesidad de remarcarlas: caen por su propio peso frente a la claridad de una niña que simplemente piensa por sí misma, porque aún no ha sido moldeada por los convencionalismos.

El humor es una parte esencial de la obra de Astrid Lindgren y de este libro. Lejos de apoyarse en chistes, nace de una lógica inesperada que desmonta lo adulto con preguntas sencillas y decisiones que, aunque se salten las normas o rocen lo impertinente, tienen un sentido tan nítido como entrañable. También surge de lo ingenuo, de lo aparentemente absurdo del pensamiento infantil, que hace reír precisamente porque quienes leen, niñas y niños algo mayores, ya han pasado por ahí. Lo reconocen, lo entienden, y se ríen con complicidad de aquello que les resulta cercano.

La ilustración como lectura paralela

Creo que ha sido un acierto que Beatrice Alemagna ilustre este libro. Como en todos sus trabajos capta hábilmente el temperamento de sus personajes de una forma íntima, y en Lotta alborota lo hace con especial destreza: plasma sus juegos, sus afectos, su inocencia… y también su genio. Las expresiones que dibuja son siempre certeras: no busca la caricatura ni lo ñoño, busca algo más auténtico, más directo. Beatrice Alemagna, del mismo modo que lo hace Astrid Lindgren, tiene un don para capturar la esencia de la infancia en sus dibujos. Basta mirar la imagen de la portada, con Lotta colgada boca abajo de una rama y la falda del revés, para entenderlo: juguetona, audaz, desafiante y divertida, todo a la vez.

Conclusión: una niña real

Lotta no es una heroína. No es una niña modelo. Para algunas personas, Lotta podría parecer descarada o poco respetuosa: dice lo que piensa, desafía las normas, responde como le nace. Y, sin embargo, acaba conquistando a quien la conoce. No busca imponerse ni agradar, simplemente se afirma con una naturalidad innata libre de prejuicios. Al mostrarla sin adornos, Lindgren nos habla del respeto, del vínculo, de la autonomía emocional y del derecho a vivir la infancia desde el juego, el disfrute y la autenticidad. Lotta nos lleva a preguntarnos cómo sería hablar, sentir y vivir si nunca hubiéramos aprendido a disfrazarlo. Y, al leerla, quienes ya hemos cruzado ese umbral, sentimos que algo se mueve dentro: quizás una leve nostalgia y el deseo de volver a mirar como si nunca hubiéramos dejado de hacerlo.

Ficha del libro

Título: Lotta alborota
Autora: Astrid Lindgren
Ilustraciones: Beatrice Alemagna
Editorial: Kókinos
Año de publicación: 2023 
Formato: Libro ilustrado
Edad recomendada: A partir de 6 años
Temas: autonomía, hermandad, humor infantil, mirada infantil, vínculos familiares, vida cotidiana, personalidad, infancia libre

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